El nacimiento de la institución verde se consumó una tarde en la Confitería Norma. ¿Qué tul?
Un 17 de enero pero de 1966 un grupo de entusiastas amigos terminan de darle forma a un sueño que comenzó por su pasión por el rugby y que a través de los años superó largamente aquella iniciativa que se consumó una tarde en la Confitería Norma.
Carlos Iparraguirre, mentor de aquella fructífera idea recuerda aquel 17 de enero con total claridad “porque ocupa un barrio privilegiado de mi memoria, me despierta sensaciones diversas, sonrisas al recordar tantas anécdotas agradables, pero enseguida me invade una melancólica tristeza al comprobar que ya no están los grandes amigos del núcleo íntimo que aceptara la inquietud fundacional.”
En aquella mesa de café se dieron largas discusiones sobre cómo debería llamarse el Club, se habían propuesto tres ideas pero no había acuerdo, en un momento de la reunión alguien que observó un florero adornado con flores de cardos propuso “Los Cardos Rugby Club” y todos dieron su “sí” inmediatamente. Restaba definir el color que identificara al Club y los quince fundadores convinieron que debía ser el verde, ya que lo asociaban a la esperanza que tenían para el futuro de Los Cardos.
Hoy cuando Carlos mira con perspectiva al Los Cardos Rugby Club que él vio nacer asegura que “superó con creces aquel sueño que le diera sentido a nuestra gesta fundacional, es que los muchachos que tomaran nuestra posta han hecho las cosas tan bien que superaron mi imaginación y lo que es mejor todavía, mantuvieron intacta, nuestra filosofía institucional y de juego, ha sido maravilloso.”